Por: Sara Lucía Caicedo Luna y Diana María Vélez Salinas
Flor, la chica del cafetal
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Flor era una chica de pelo crespo que vivía en un pueblo llamado El Jardín, a unos pocos minutos de la ciudad de Medellín. Ella originariamente nació en San Rafael, pero por culpa del conflicto armado que azotaba a ese pueblo, tuvo que migrar hacia ese lugar.
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Flor como toda chica campesina ayudaba con diferentes labores, pues su finca quedaba al lado de un cafetal. El dueño, Jairo, era un reconocido empresario que desde muy joven se dio a conocer por administrar fincas caficultoras. Él le había ofrecido trabajo a su madre y a ella como recolectoras cuando recién llegaron al pueblo y desde ese entonces se habían sostenido con lo que ganan en la recolección.
Lo que Flor no sabía, es que desde ese entonces su vida iba a cambiar, pues Jairo admiraba mucho su desempeño y actitud a la hora de trabajar, ella ponía armonía y hacía de su labor una de las más importantes. Ella le comentaba mucho a Jairo que su sueño era estudiar administración de empresas en una universidad de Medellín, así que un día Jairo vio un anuncio en el periódico que hablaba sobre un programa titulado “Jóvenes del campo a la EAFIT” programa que becaba a los jóvenes campesinos que quisieran estudiar en la universidad.
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El principal requisito para poder adquirirla era ser jóvenes motivados a
aprender y que presentarán un examen donde sus conocimientos previos
sobre esa carrera serían evaluados. Jairo no lo pensó dos veces y fue
directamente donde Flor para darle la noticia, ella quedó en shock e
inmediatamente empezó a llorar de la emoción, como Flor no tenía
computador para presentar el examen, Jairo le prestó su portátil, para
que pudiera aplicar.
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Pasaron los días y Flor no recibía noticia alguna de su beca, lo que la
deprimió bastante. Pero un día a altas horas de la noche Jairo se
apareció en la finca y le dio las buenas noticias, pues había quedado
seleccionada como una de las beneficiarias del programa.
Nuevamente Flor lloró de felicidad, abrazó a su mamá. Días después
emprendió su viaje a Medellín para poder estudiar.
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Hoy Flor es una reconocida empresaria que ayuda a jóvenes
emprendedores de su antiguo pueblo San Rafael a que sus productos y
empresas sean visibles en Colombia.
Laura Correa