Por: Sara Lucía Caicedo Luna y Diana María Vélez Salinas
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"Al sumergirnos en cada uno de estos 23 cuentos, lo hacemos en cálidas y diáfanas aguas, de niños, niñas y jóvenes que, pese a las entretenciones tecnológicas, han dedicado buen tiempo a recrear realidades sociales circundantes, relatos familiares, fantasías que aún no se comparten".
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Francisco Vélez Loaiza
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Creadoras
Hola mi nombre es Sara, pero como a mi mamá le gustaban los nombres compuestos también me llamo Lucía, aunque nadie me dice así.
Soy tan caleña como comer chontaduro con sal y miel y usar el "vos" para todo. Me considero una persona cercana a su familia y esta es muy peculiar. Cuando en la calle vean un grupo de señoras bullosas, no las miren mal ¡esas son mis tías!
Desde muy pequeña me ha gustado el mundo artístico y soy muy fan de las telenovelas. A los 7 años estudié actuación y a los 12 años aprendí a tocar el violín. Soy de las personas que si se moja una mano indefectiblemente tiene que mojarse la otra. No me gusta cuando las personas terminan su bebida, chasquean la lengua y finalizan con un "ahhhh".
Si me ven en persona no vayan a pensar que soy odiosa, me saludan porque hasta chistosa soy.
¡Hola! Soy Diana Vélez, cucuteña de nacimiento, caleña de crianza y rola de acento.
A los 12 años el arte hizo un pacto conmigo por la necesidad de mostrar más de lo que podemos ver en realidad. Al mismo tiempo, los vampiros me adentraron en la lectura y tres años después escribir narrativas era como respirar. Sin embargo, las palabras se quedaron cortas y empecé a editar videos porque quería que los demás tuvieran la oportunidad de ver las cosas a través de mis ojos.
Con este proyecto me gradúo de comunicación, pero cuando a los 5 años me preguntaron qué quería ser cuando grande respondí "Rey".
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