Por: Sara Lucía Caicedo Luna y Diana María Vélez Salinas
El borondo de Tin
Clic aquí para
audio cuento
Tin era un pájaro carpintero caleño al que le gustaba mucho estar solo por los parques porque así podía esconder mejor su comida de los demás pájaros. Cuando no estaba en los parques su actividad favorita del día era dar un borondo por los jardines de las casas ya que algunas señoras le servían banano y agua, su postre favorito. Su casa preferida era de color amarillo porque mientras comía podía escuchar salsa y ver desde el jardín como una señora pintaba grandes cuadros de lugares de la ciudad que Tin habia visitado.
​
El único momento donde le gustaba hacer amigos era en los jardines de las casas. En la casa amarilla se encontraba con la pareja de azulejos, en la casa blanca al pequeño petirrojo. También veía varios cucaracheros en la gran casa esquinera de Vipasa, ellos armaban la mejor guachafita.
El más pinchado y con el que nunca lograba parchar era con el colibrí, al que solo podía
ver por unos segundos cuando tomaba agua con azúcar.
​
Últimamente había estado lloviendo mucho en Cali, y Tin ya no
podía salir como antes porque lo podía coger el sereno. En aquellos
días Tin optaba por enchusparse en su nido y chismosear lo aletosas
que se ponían las torcazas con la lluvia.
​
Cuando menos lo esperaba su nido se inundó y la comida que tanto
había escondido se cayó al piso. Algunos pájaros que estaban echando
ojo vieron lo que le había pasado a Tin y volaron a comerse su comida.
Tin triste se fue del parque en dirección a la casa amarilla y rápidamente
notó algo nuevo en el jardín, una casa para pájaros y lo mejor de todo es
que nadie se había adueñado de ella aún.
​
Ahora Tin cuando da sus borondos por los jardines, se da cuenta de que le
coge la noche cuando empieza a escuchar el himno nacional y decide volver
a su nido en el jardín de la casa amarilla.
​
María Lucía Pinzón Mora