top of page

Panadería rellena de dichos

Clic aquí para 
audio cuento

cafe sin fondo rgb.png

Era temprano por la mañana, los rayos del sol ya se encontraban por todo el pueblo y las personas comenzaban a iniciar sus rutinas. Ya siendo las siete, Doña Graciela, puntual como siempre, salió de su casa con su carrito de ventas lleno de sus deliciosos productos de la panadería rellenos con dichos, lista para realizar otro día de ventas. En esta ocasión ella recorrería su ruta habitual, atravesando el centro en línea recta, con una parada especial en la casa de la familia Holguín donde le habían hecho un encargo. Así comenzó a andar y en poco tiempo ya se encontraba por la calle principal. 

​

—Buenos días Doña Graciela. 
—Buenos días Don Pacho, ¿le gustaría algo hoy?

—Pues la verdad es que últimamente he estado teniendo dolores de cabeza con Julio, ya no sé qué hacer con ese muchacho.
—Mmmm, pues yo aquí tengo unos buenos buñuelos recién hechos rellenos de unos “no me abra los ojos que no le voy a echar gotas”, muy efectivos, a las madres no les falla.
—Pues en ese caso le voy a comprar dos mi Doña.

​

Y así Doña Graciela continuó su recorrido haciendo diversas ventas, le dio unos pandebonos con “hablas hasta por los codos” a una madre que necesitaba enseñarles a sus hijos a respetar la palabra. Un pan de maíz con el habitual “a palabras necias, oídos sordos” para Marina que se encontraba trabajando en el autocuidado de su paz mental. Incluso unas masas de hojaldre con un fuerte “búsqueme y verá que me encuentra” para un joven que quería dejarle muy claro a un compañero de su clase que él no se la iba a dejar montar.

​

Finalmente, Doña Graciela llegó a la casa de los Holguín  y luego de un par de golpes esta se abrió. En la entrada apareció la señora de la casa, se mostraba ansiosa, había estado esperando parada al lado de la puerta desde hace un rato.

​

—Muy buenos días María José.
—Buenos días Graciela, ¿tienes mi pedido?

—Por supuesto que sí mi señora aquí lo tengo, dos docenas de almojábanas rellenas con “él colgó los guayos”

​

María José agarró su pedido y dio un débil

agradecimiento, vio a Doña Graciela dar media

vuelta y alejarse un rato hasta que con un

suspiro volvió adentro, yendo directo a la

cocina para servir las almojábanas junto

con un buen tinto para que todos los que

se encontraban en el velorio pudieran

pasar el bocado amargo de aceptar la

muerte de su querido Miguel.

​

Juliana Ochoa

Escucha la conversación de las personas en el velorio

¿Te interesa este tema?
Aquí puedes encontrar más información

Dichos Colombianos

Este video muestra unas entrevistas callejeras por Colombia, la cuales hablan sobre los dichos más usados entre la gente y los significados de ellos.

Tomado de YouTube Ronald Mejía, 24 de febrero, 2017.

Escucha y antójate de los panes de la panadería rellena de dichos

carrito.png
bottom of page